literatura: ¿es dan brown autor del código da vinci?
ahora que estamos en temporada de plagios (¡temporada de patos! ¡temporada de conejos!), y veo la noticia de la exculpación de dan brown por supuesto plagio cometido con su libro "el código da vinci", recuerdo este posteo en el blog del proyecto cholonautas: el mundo está loco, loco, loco, por umberto eco. vale la pena leerlo (y vincularlo con el otro de que publiqué sobre un artículo de eco y las conspiraciones).
dan brown, the telegraph de inglaterra
copio algunos párrafos. el artículo completo está en el blog de cholonautas:
Cualquiera que haya entrado alguna vez en una librería de ciencias ocultas sabe que Dan Brown no se ha inventado nada, salvo la intriga policíaca del contorno; es decir, todo lo que presenta como revelaciones históricas las ha tomado de una miríada de libros que circulan desde hace décadas sobre el misterio de Rennes-le-Chateau, sobre el Priorato de Sión, sobre el Grial, sobre Jesús y María Magdalena, etc. No estoy diciendo que lo haya copiado, al igual que no se acusaría de plagio a uno que volviera a contar la historia de Caperucita Roja: ha usado material que ya es de dominio público, más manoseado que la barandilla del Metro, porque la tendencia de los consumidores de ocultismo siempre ha sido la de considerar verdadero lo que ya han oído, razón por la cual cuanto más repetitivo resulta lo que se les ofrece, más disfrutan. Y es igualmente notorio, también, para los que no han visitado nunca una librería de ciencias ocultas, pero le han echado una ojeada a la lista de los best-sellers, que en 1982 salió “The Holy Blood and the Holy Grial”, de Baigent, Leigh y Lincoln (traducido en castellano como “El enigma sagrado”).perútags: dan+brown plagio umberto+eco codigo+da+vinci literatura
En este libro se retoman abiertamente todos los chismes sobre el misterio de Rennes-le-Chateau y se enuncian todos esos “secretos” que constituyen el esquema de base del “Código Da Vinci”: que Jesús nunca fue crucificado, que se casó con María Magdalena, que fundó en Francia la dinastía de los merovingios, que su herencia mística y quizá genética la continuó el Priorato de Sión, etc., etc.. Ahora bien, el prefacio de “El enigma sagrado” presenta todo el contenido del libro como verdad histórica, y ni siquiera intenta decir que esa verdad histórica es fruto de descubrimientos exclusivos por parte de los autores, porque admite todas sus deudas con una serie de obras previas que, según los autores mismos, contendrían ya germinalmente esa verdad, pero que no han sido tomadas en suficiente consideración. Afirmación que resulta falsa como la que más, porque, repito, ese tipo de literatura circulaba desde hacía décadas por todos los puestos de libros y entre los apasionados se vendía como rosquillas.
Si alguien establece la verdad sobre un hecho (que Napoleón murió en Santa Elena, que Colón se embarcó en la Santa María, que Mussolini fue arrestado por Bill y Pedro), desde el momento en que la verdad histórica se hace pública, se convierte en algo de propiedad colectiva, y a mí no se me puede acusar de haber copiado una buena invención ajena si escribo una novela histórica en la que Colón se embarca en la Santa María. Pues bien, ¿qué es lo que me hacen Baigent y Leigh? Demandan al editor de Brown por plagio (Lincoln decidió no demandar). Es decir, están admitiendo públicamente que todo lo que contaron era fruto de su fantasía. Es verdad que para hincarle el diente a una parte del Potosí millonario del libro de Brown, uno estaría dispuesto a firmar ante notario que no es hijo del propio padre legítimo, sino de alguno de los numerosos marineros que solían visitar a su señora madre, por lo que Baigent y Leigh tienen mi más sincera comprensión.
Ahora bien, lo que no cesa de dejarme estupefacto es que la gente que lee estas cosas (y se entera de que Brown ha tomado sus noticias “históricas” de alguien que admite públicamente que ha contado mentiras) siga visitando iglesias y museos de todo el mundo para buscar las pistas de la “verdadera” historia de Jesús y María Magdalena.
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