el cierre de rctv, hugo chavez y venezuela
sergio ramírez, escritor, publicó en el país de españa (y reproducido luego en el nuevo día), un interesante artículo sobre la situación venezolana. reproduzco algunos párrafos:
Pero saber ahora que también se trata de un acto de represión ideológica, y que la medida está destinada a restringir los espacios de convivencia cultural, me da una idea de lo que debe esperarse en el futuro. El reclamo de callar todas las voces que atentan contra determinada concepción cultural, parte necesariamente de la idea de que es necesario defender una identidad propia puesta en peligro por todo lo que viene de fuera de las fronteras, unas fronteras que no son sólo territoriales, sino también ideológicas. [...]tendremos esto para rato, seguramente.
A mí me parece bien que exista Telesur, porque brinda una alternativa de información dentro de la compleja red de ofertas que existe hoy día en el mundo, y si el presidente Chávez quiere realizar una multimillonaria inversión para que haya en Venezuela unos estudios de cine en competencia con los de Hollywood, ya se ve que tiene el dinero para hacerlo. Lo malo sería que en mi pantalla yo tuviera las veinticuatro horas del día nada más que Telesur, y a la hora de la película de la noche sólo vidas y hazañas de próceres, y todo lo demás quedara fuera por tratarse de basura enajenante.[...]
Si tras el cierre de la RCTV se extendiera por América Latina la ola justiciera en contra de la enajenación cultural inoculada por las emisoras de televisión, desde Miami a México, y de Río de Janeiro a Santiago, y de Bogotá a la propia Caracas, donde sobrevive Venevisión, los ayatolás
culturales me dejarían con no poca nostalgia. Nostalgia por los chocarreros juicios fingidos delante de jueces de togas negras, en los que se ventilan a grito pelado conflictos familiares; por los edulcorados programas de entrevistas donde las amas de casa lloran sus penas delante de entrevistadoras implacables; por los longevos concursos de aficionados con premios vistosos, autos deportivos relucientes y viajes al fin del mundo, ofrecidos por presentadoras de sonrisa congelada; por las telenovelas venezolanas donde las heroínas y las malvadas, sobre todo las malvadas, se levantan ya maquilladas de la cama, y los escenarios de casa rica parecen siempre las salas de exhibición de una tienda de muebles. Sería mi nostalgia por el mal gusto, pero para miles de televidentes sería su nostalgia por lo que les gusta, que en asunto de preferencias no hay nada escrito.
El gusto tiene que ver con la libertad, más allá de las categorías culturales oficiales, y suprimir las opciones, para dejar ver sólo lo que el criterio oficial determina que uno debe ver, es como levantar barrotes de acero frente a la pantalla, y hacer de cada hogar una celda de castigo.
Es obligarlo a uno a entregar al estado el poder de decidir acerca de lo que quiere ver o escuchar, en la televisión, en el cine y en la radio, de donde fácilmente se pasa a arrebatarle a uno ese mismo poder en lo que respecta a lo que quiere leer.
por lo pronto si todavía crees que fue un "acto de justicia", puedes leer también:
policía venezolana dispara a periodista peruana (en el útero de marita)
venezuela, una dictadura abierta (desde el tercer piso)
rctv y el dilema venezolano (elmorsa)
perútags: rctv caracas television periodismo censura hugo+chavez venezuela dictadura consumo cultura libertad telenovelas
1 comentarios:
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Propongo la lectura de un informe que yo mismo he confeccionado. Creo que a muchos les convendría leerlo, y lo digo con toda la modestia del mundo.
Pulsen en mi nombre.
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