historia: el malecón de los ingleses de barranco
En la calle de Junín, que sigue a la de Bregante y al despoblado, nos hallamos de improviso con una linda sorpresa. Hemos vuelto a entrar a poblado, y allí nos espera el Malecón de los Ingleses. Este paseo no es un paralelogramo como el de Chorrillos, si no un pequeño cuadrado cortado con tal gusto y elegancia, y también arqueada su blanca balaustrada, que parece una de esas altas terrazas o azoteas, que en ciertas poblaciones de Europa dominan una basta extensión del mar o de campiña. Lo adornan algunos Ficus.
Aquí el barranco no se presenta en precipicio vertiginoso al pie de la baranda como el de Chorrillos, sino que se abre ampliamente a los lados a la manera de una granada. Tampoco ofrece a la vista una superficie inmunda, negrusca, más basura que tierra, surcada por las impávidas lagartijas, dejando flotar a trechos algunas viejas totoras o eneas enterradas allí con las generaciones, sino sus limpias paredes de conglomerado o aluvión esto es, de tierra vegetal apretada con millares de piedrecitas. Luis Alayza y Paz Soldán
lo que queda del malecón de los ingleses
El malecón de los ingleses fue creado en 1891, cuando el inglés James Mathison donó parte de su terreno para su construcción [1]. Es de los pocos sitios en Barranco que se resiste a la destrucción del patrimonio histórico, a pesar de que una reciente resolución directoral (R.D. Nº 1750/INC) lo ha delimitado. Enclavado ahora entre dos grandes edificios amenazantes, ¿el malecón de los ingleses sobrevivirá al actual abandono por parte de la gestión del Pomar?
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Pronunciamiento sobre el Plan Nacional de Desarrollo Urbano
(Viernes 7 de julio de 2006)
El 28 de junio de 2006 el Ministerio de Vivienda y Construcción emitió la resolución N° 173-2006-VIVIENDA, la misma que dispone la prepublicación en su página web, del proyecto de “Plan Nacional de Desarrollo Urbano, Perú: Territorio para Todos – Lineamientos de Política 2006 – 2015”, estableciendo tan solo 15 días para que las entidades publicas y privadas, organizaciones de la sociedad civil y personas naturales interesadas, tomen conocimiento de dicho documento y remitan sus opiniones y propuestas al respecto. Tiempo ínfimo, si tomamos en consideración que el mencionado documento, se ha venido elaborando a puertas cerradas por una pequeña elite del Ministerio de Vivienda desde el año 2004.
Esto, ha suscitado numerosas opiniones discrepantes no solo sobre el contenido del mismo, sino también sobre la forma como se pretende aprobar un Plan Nacional, que se supone promoverá el desarrollo de millones de personas, sin haberse producido previamente un proceso de concertación que lo legitime. Hay que tomar en consideración también, que esto ocurre especialmente cuando el gobierno actual esta a pocos días de culminar su mandato, que en el Perú los usuarios de internet representan menos del 10% de la población nacional y que muchas municipalidades provinciales no cuentan siquiera con computadoras.
Consideramos, que el proyecto de Plan Nacional de Desarrollo Urbano presenta numerosas debilidades metodológicas. Estamos de acuerdo que las áreas urbanas y las regiones que interactúan con ellas deben ser planificadas y que el contar con un Plan Nacional de Desarrollo Urbano es muy importante, pero de igual forma, consideramos fundamental, que desde su diseño debe involucrarse a los actores que formarán parte de dicho Plan, articulando las demandas urbanas, con las rurales, locales y regionales, y todas estas con las prioridades del Estado. Por lo que a vista del débil o inexistente proceso de consulta y concertación con el que se ha actuado, consideramos que dicho documento es de por sí un instrumento carente de valor, el cual está condenado a ser ignorado por los actores ausentes. Más aún cuando nos encontramos ad-portas de la elección de nuevas autoridades locales y regionales.
Indicamos, que en el documento de propuesta del Plan también se incurre en debilidades conceptuales, sobre las cuales se basa el posterior desarrollo de los objetivos y metas. Se asume por ejemplo, que el país está entrando en una nueva etapa de capitalismo lo cual genera la expansión y crecimiento de nuevas ciudades, desconociendo, o sin mencionar, que en el Perú existen comunidades urbanas que regulan su desarrollo en base a decisiones participativas, y que incluso existen normas que la promueven. Mientras por otro lado, lamentablemente, la normatividad de expansión urbana, horizontal y vertical, no considera el incremento de las demandas de equipamiento, infraestructura y servicios, que se dan lugar cuando se incrementa la población sobre el territorio.
Señalamos, que otra debilidad de la propuesta, es la indefinición del concepto de CIUDAD con el que desarrolla todo el documento, recordemos que en el Perú no existen instancias gubernamentales que administren el desarrollo de las ciudades, sino autoridades que trabajan sobre sus jurisdicciones político administrativas (distritos, provincias, regiones). Pretender interpretar a cada distrito, a cada provincia, o a cada región como una CIUDAD, ya ha generado grandes problemas para la eficiente gestión de las ciudades, el ejemplo más crítico lo constituye Lima-Callao, ciudad que cuenta con tres instancias gubernamentales involucradas en su desarrollo (Municipalidad Metropolitana de Lima, Municipalidad Provincial del Callao y el Gobierno Regional del Callao). Esta problemática, no es enfocada en el proyecto de Plan Nacional de Desarrollo Urbano.
Evidenciamos, que en la elaboración de este proyecto, ha existido ausencia de multidisciplinariedad, lo que derivó en su debilidad de enfoque. Incurriendo en el uso de conceptos de planificación ya superados, como considerar el 'desarrollo urbano' como una cuestión solo de nuevas áreas de expansión y de nuevos proyectos de infraestructura desconociendo que el término “desarrollo”, implica también mejoras económicas, financieras, sociales, culturales, ecológicas y políticas, visión que es garantizada contando en la elaboración del Plan con un equipo técnico multidisciplinario, cosa de que el documento en consulta adolece.
Manifestamos, nuestra preocupación de que se afirme en este documento, que el territorio peruano esta "espacialmente organizado y configurado por una red de asentamientos de jerarquía y categorías diferentes", cuando esto es solo un síntoma de la organización política del territorio, el cual en la práctica se organiza sobre la base del acceso y demanda a los recursos naturales, servicios ambientales, articulación de economías locales y regionales, clusters e intereses económicos familiares, comunales y corporativos, entre otros. Igualmente preocupante es que se considera, que la calidad de vida y la reducción de la pobreza es el resultado de la sumatoria de “siete” variables económicas, lo que implica un total desconocimiento de la dinámica de generación de calidad de vida y de los mecanismos y experiencias de reducción de la pobreza, por parte de los autores de dicho documento.
Encontramos, que existen también debilidades en la interpretación de las tendencias migratorias y aplicación del funcionamiento de las cadenas de valor rural-urbanos y urbano-urbano, que se dan lugar en el país, pudiendo las áreas urbanas cumplir un rol de complementariedad de servicios que reduzcan los costos de transacción que limitan la articulación de mercados, lo cual no es mencionado, y que permitirían un mayor y mejor producción, y organización de la oferta, en las regiones. Lo cual debe estar vinculado a mecanismos para promover y facilitar iniciativas de identificación de las oportunidades de desarrollo e inversión local y regional, que permitan generar ingresos, riqueza y empleo en las distintas regiones del país. Es igualmente importante mencionar también que las áreas urbanas viven de servicios ambientales producidos por una ecoregión y que existe una fuerte relación de dependencia regional en las áreas urbanas, y consecuentemente, estas deben contribuir a la conservación y mejoramiento de estas condiciones, cosa que tampoco es mencionada en el Plan propuesto.
Consideramos, que es mucho más democrático posponer la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo Urbano para un momento cercano, dentro de siete meses, en el cual existan mayor legitimidad y posibilidades de concertación, entre los distintos actores involucrados en el desarrollo local y regional y los gestores de recursos, tanto públicos como privados.
Sugerimos, que el Ministerio de Vivienda debe proponer, y si se esfuerza probablemente aprobar en estos días, es el mecanismo de elaboración del Plan Nacional de Desarrollo Urbano, así como comprometer los recursos para que el proceso de elaboración del mismo pueda llevarse a cabo. Un proceso que deberá considerar, por ejemplo, talleres con representantes de los Gobiernos Locales y Regionales, integrando al mismo tiempo los intereses y prioridades del Estado. Un proceso que incluya a las nuevas autoridades locales y regionales que serán elegidas el próximo noviembre y que iniciarán su gestión en enero del próximo año. Un proceso que integre las demandas de los productores, en el que las áreas urbanas desarrollen los servicios para integrar y complementar, la oferta urbana y rural, con la demanda nacional e internacional. Además, definiendo al mismo tiempo los mecanismos de resolución de problemas urbanos dentro y fuera de los sistemas urbanos. Dentro de ellos tales como la renovación urbana, las debilidades de infraestructura, equipamiento y servicios, y fuera de ellos, tales como por ejemplo, la conservación de fuentes de agua que abastecen a las ciudades pero que se encuentran en la cabecera de las cuencas, además de otros factores que mantienen la capacidad de carga urbana y que no se mencionan en el plan. Incluyendo, el reducir las contradicciones entre la normatividad del mismo Ministerio de Vivienda, por ejemplo entre las que norma el Programa Mi Vivienda y el Plan puesto a consideración.
Invocamos, al Ministerio de Vivienda y construcción a no considerar el Plan Nacional de Desarrollo Urbano como un plan solo de roles urbanos o de ordenación del territorio meramente. Pues el desarrollo urbano es multisectorial y consecuentemente multidisciplinario, por tanto debe integrar enfoques no solamente físicos, sino también económicos, sociales, culturales, ecológicos y políticos. El urbanismo, no solo esta vinculado a la ordenación física, el urbanismo es una disciplina integral, e ignorar este concepto es limitar a las áreas urbanas y regionales a sus legítimas posibilidades y oportunidades de desarrollo.
Por lo expuesto, expresamos nuestra disconformidad y solicitamos la rectificación en lo actuado, reafirmando nuestra convicción de la importancia de generar alternativas para el desarrollo urbano sostenible en beneficio de toda la población peruana y el desarrollo nacional.
Sociedad de Urbanistas del Perú
Jesús María, 7 de julio de 2006